Una vez estando en la frontera con Nicaragua, había un tico emanando azufre, fuego y rayos por todos los orificios de su cuerpo - basicamente estaba que se lo llevaba p... -
El asunto era que regresaba al país ya como nacional (esposa, hijos, equipaje), había terminado su estancia allá y con ello sin su documento de residente. Pues resulta que hace muchos años los impuestos de carros en Nicaragua eran mucho más bajos que aquí, asi que algunos vivonchos compraban carro allá y podían andarlo con permiso de importación temporal en el país, cuando ya casi se les vencía, salían a Nicaragua otra ves, entraban y ¡juega de nuevo!. Entonces ante la queja de los vendedores de autos se modificó que los ticos podían entrar con carros de placa extranjera unicamente si eran residentes del país donde está registrado el vehí****. Nuestro amigo no comprendió nunca la lógica de esto (afectar a todos por unos cuantos), ni creo que lo llegue a hacer porque su ilusión de regresar al país se volvió agridulce. Decía Edén Pastora en la entrevista del periódico La Nación, que los ticos somos legalistas y los nicas justicieros y la mayoría de nuestros funcionarios valoran más la norma que la persona, creo que tiene razón.